miércoles, 15 de octubre de 2008

Hollywood y los "piratas". Una relación poco glamurosa


La mayor industria del cine continúa su lucha contra la piratería que les ocasiona cada año millones de pérdidas


Hollywood se siente amenazado. Entre 400.000 y 600.000 películas se descargan diariamente a través de la red de forma ilegal. Según la Motion Picture Association of America, la piratería, incluyendo las descargas personales y las destinadas a la venta, han ocasionado una pérdida de 3.000 millones de dólares y eso sólo en Estados Unidos.

Por esta razón se ha decidido tomar medidas. La mayor fábrica de sueños supervisará estrictamente el acceso a los rodajes de las películas y la siguiente fase de post-producción y en los preestrenos ha empezado ha utilizar arcos de seguridad, detectores de metales y gafas de infrarrojos. Todo ello para pillar in fraganti a los temidos “piratas” y hacer resurgir una industria cada día menos rentable.

El 92% de las películas emitidas en las salas comerciales ya se pueden conseguir ilegalmente. En ocasiones incluso están en la red antes de que se entrenen como es el caso de la última entrega de Star Wars. La compañía Warner quiso preservar a toda costa el estreno de Harry Potter y la Orden del Fénix utilizando todos los métodos habidos y por haber. Se podía descargar cuatro días después de su estreno.

La piratería también se ceba en España

En nuestro país el problema también es grave. En el festival de Sitges llevado a cabo hace dos semanas, el pase de la película Repo! The genetic opera se anuló por falta de medidas de seguridad. Un verdadero fiasco porque el film aun no se había estrenado en ningún lugar y era considerado como una de las joyas del festival.

El pasado mes de abril, la revista Variety –dedicada principalmente a temas hollywoodienses- publicó que la Administración española era demasiado laxa con respecto a la protección de derechos intelectuales. La United States Trades Representative (USTR), un organismo gubernamental dedicado a la defensa de estos derechos, ya ha dado un toque de atención al Gobierno por permitir, en mayor o menor medida, la piratería.

Las diferentes partes de este problema (industrias cinematográficas, “piratas”, Gobiernos y páginas dedicadas a la distribución de películas) se echan la culpa mutuamente. La solución parece lejana pero Hollywood, que no está pasando precisamente por su mejor año, quiere encontrarla antes de que sea demasiado tarde.

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